domingo, 1 de abril de 2007

Vosotras tenéis una gran historia que construir

( Postal 24)
En estos momentos de reflexión, nos ha parecido interesante destacar algunos apartados del texto “Mujeres nuevas para la construcción del Reino”, publicado por la CONFER, como punto de partida para invitar a un sosegado análisis de la realidad que estamos viviendo entorno al Colegio “La Enseñanza” de Santander.


Muchas veces escribimos, desde lo más profundo de nuestros sentimientos, aquellas cosas que en estado de serenidad se nos aparecen con absoluta claridad. Son pensamientos claros y precisos que concretan nuestra voluntad, nuestros objetivos, nuestra determinación y que dibujan un horizonte hacia el que caminar con firmeza.
Luego, cuando salimos del sosiego de la meditación más íntima, la realidad nos traslada hacia terrenos más resbaladizos, más próximos a ese interior humano que nos arrastra por caminos de desfallecimiento en nuestro proyecto y de resentimiento hacia lo que consideramos que nos agrede o nos desprestigia, o tuerce nuestra voluntad confundida.
Es necesario volver a la intimidad de la reflexión en profunda meditación, y alejarse de quienes nos empujan hacia rutas que tal vez no deseamos emprender desde nuestro corazón, y sí desde una visión más humanamente racional, más humanamente fácil. Es difícil transitar por el mundo de lo humano desde una visión exclusivamente espiritual, pero es imprescindible que nunca permitamos que ese territorio del pragmatismo y de la realidad social nos aleje de los caminos que nos llevan hacia metas más elevadas.
Por ello a veces resulta conveniente volver sobre nuestros propios pasos, para reconocernos en nuestra propia esencia, en lo más íntimo de nuestro alma y lograr encontrar en el FUTURO la capacidad de vivir el discernimiento como elemento imprescindible, ante multitud de caminos y respuestas posibles, para ser capaces de hacer análisis de la realidad y de aportar soluciones coherentes con la opción del humanismo cristiano, para asumir los esfuerzos que supone el cambio, la constante adaptación a situaciones nuevas, para afrontar con voluntad y decisión nuevos y más audaces compromisos.

POR ELLO

“Vosotras tenéis una gran historia que construir"... también en Santander.

A continuación reproducimos algunos pasajes del texto “Mujeres nuevas para la construcción del Reino”.

Para quienes deseen leer el texto en su integridad, que desde nuestro punto de vista es interesantísimo y cargado de relevantes reflexiones.
http://www.companiademaria.net/es/400anos/confer.aspx

“Vosotras tenéis una gran historia que construir"


Palabras que nos expresan

Cuatrocientos años de presencia fecunda, como Compañía de María en el mundo no sólo son una gracia, sino también un desafío y una responsabilidad


Y resonó una palabra: MUJER…Y con ella la fundadora, el origen, la semilla.


En una noche de oración en el Cister, en la que se reveló lo más humano de su sentir y lo más divino de su querer Juana de Lestonnac vivió su experiencia fundante, el encuentro de su vocación más auténtica.
Dios gestó a través de ella y para la Iglesia un Instituto dedicado a servir a la mujer a través de la educación, “comprendió que era ella quién debía tenderles la mano”. En esa noche descubrió su vocación: “La mujer debía salvar a la mujer”. Juana vivió y se desvivió por hacer realidad este proyecto. Empeñó toda su existencia en ofrecer a la juventud femenina, formación, posibilidades, espacios, criterios que le permitieran vivir con más dignidad y mayor reconocimiento

Y resonó una palabra: SEGUIMIENTO…Jesús como Principio y Fundamento, como centro y sentido de la existencia.
Nuestra opción fundamental es clara: “consagrarnos con todas la fuerzas al anuncio del Reino”. Tener en lo cotidiano una experiencia personal de Jesucristo que centre nuestra vida y nos impulse al servicio, a tender la mano allí donde sea necesario..

Y resonó una palabra: MARÍA…Síntesis de nuestra identidad: Nuestra Señora, compañera, referente y protectora.
La que guarda en su corazón cada acontecimiento y permanece en silencio en esos tramos de la vida que se tornan sorprendentes y misteriosos.
La que sigue a Jesús en lo cotidiano, sin más protagonismo que el servicio constante y oportuno.

Y resonó una palabra: COMUNIDAD…Espacio fraterno, pasión compartida, canto común...
Llamadas a alentar la realización de experiencias nuevas de compartir con los laicos el camino de fe, la espiritualidad...”

Y resonó una palabra: PROYECTO…Itinerario, horizonte, posibilidad, utopía que quiere hacerse camino concreto de encarnación.
Como quien construye un edificio, Juana se dedicó a diseñar la maqueta que le daría forma y sobretodo fondo a la obra que intuía. Soñó con piedras vivas, capaces de soportar la prueba del tiempo, de los vientos contrarios, de los sismos que produce la historia. El Espíritu le fue inspirando la manera, le fue sugiriendo el cómo.
No fue fácil, nunca es fácil empezar, romper esquemas, abrir caminos diferentes. Pero, con constancia, capacidad de riesgo, creatividad, diálogo con las instituciones eclesiales, oración, búsqueda, trabajo incesante y fidelidad a la voz del Espíritu, maduró el proyecto.
Se han sucedido Concilios, avances tecnológicos, guerras, globalización… circunstancias todas de un mundo en cambio permanente. Y la Compañía ha permanecido atenta a la voz de Dios, al clamor de los seres humanos.
El paso del tiempo no ha desdibujado el Proyecto, lo ha ensanchado y enriquecido, lo ha colmado de validez y significado. Hoy, en algunos contextos, somos menos que en otras épocas y quizá más frágiles, más vulnerables, con menor reconocimiento social; por eso, más que nunca, estamos convencidas de que en la fragilidad Dios hace su obra y por eso seguimos con fidelidad creativa haciendo vida las intuiciones de Juana de Lestonnac:
Esa CONTEMPLACIÓN EN LA ACCIÓN, que nos une a Dios, nos permite sintonizar con su mirada y sus sentimientos y nos interrelaciona con los hombres y las mujeres de nuestro tiempo para compartir con ellos y ellas, las responsabilidades en la construcción de un mundo más humano.
Una EDUCACIÓN que, a través de diferentes plataformas, nos posibilita “tender la mano” para ayudar a que surja, a que encuentre el sentido de la vida y las herramientas para enfrentar el presente con responsabilidad y el futuro con esperanza. Una educación que de elementos para contribuir a la transformación de la sociedad.
"Este proyecto al que le aposté el alma y todas mis piedras preciosas,tiene mucho de luz y de Espíritu, un centenar de manos unidas y un recuerdo fuerte y fecundo. En este proyecto empeñé mis mejores horas. Y también mis atardeceres con sus respectivos sueños.Por él, me aventuré a la entrega y al amor,al servicio, al canto, a la alegría,a la sencilla y eterna donación".

Y resonó una palabra: EXPANSIÓN…Ir más lejos, riesgo, tenacidad, pasión que lanza más allá de las propias fronteras.
Tender la mano educativamente nos lleva a tener fe en la mujer y en el hombre de todos los tiempos, también del nuestro, a entrar en su propia cultura, a contemplar con ternura sus posibilidades y a acompañar, en esperanza, el crecer de las semillas de resurrección”
En Europa se encuentran nuestras raíces más profundas, la memoria de muchas de nuestras opciones reales, el impulso de sueños auténticos. De allí salieron las misioneras que hicieron posible la expansión por el mundo.
La Compañía de María vive con gozo y responsabilidad las posibilidades que ofrece el caminar conjunto con los laicos, el beber de la misma fuente del carisma de Juana de Lestonnac.

Y resonó una palabra: EDUCACIÓN…Compromiso con otras y otros para colaborar en la formación de cada persona, de cada sociedad de nuestra realidad mundial.
Educar es para nosotros hoy, religiosas y laicos que formamos la comunidad educativa, un estilo de vida, una manera de situarnos, de acoger los desafíos de cada momento histórico para dialogar con ellos y buscar juntos caminos de respuesta. Educar es “dejarnos afectar por la realidad para, desde una mirada positiva y esperanzadora, poner manos a la obra”.
Educar, es asumir un reto…

acoger una misión…

emprender una aventura…

contemplar un misterio…

escuchar un latido…

pronunciar una esperanza...

sondear un corazón…

presenciar un milagro…

Y resonó una palabra: JÓVENES…dinamismo que nos ilusiona, nos desafía y compromete
En el hoy de nuestra historia y en todos los contextos en los que estamos presentes, experimentamos la llamada a hacer una opción decidida por los y las jóvenes:
Que nos lance a caminar hombro a hombro con los jóvenes en busca de caminos de realización y sentido de la existencia.
Que nos motive a crear alternativas de organización y participación creíbles.

Y resonó una palabra: TESTIGOS… vida que se ofrece y fructifica...
Son miles, de todas las razas y tiempos. Se han ofrecido sencillamente desde el anonimato de su cotidianidad. Se han ejercitado simplemente en amar, en educar, en servir. Algunas se han ido consumiendo en silencio, sin protagonismos, ni primeros planos. Otras han gestado nuevos proyectos o fundaciones, o han llevado sobre sí responsabilidades importantes. Todas han pretendido seguir a Jesús en Compañía de María.

Y resonó una palabra: MEMORIA… eco de una voz y una presencia
Recordar para vivir..

Recordar para gozar. .

Recordar para crear. .

Recordar para agradecer. .

Recordar para orar. .

Recordar para transformar.


“Mantener la llama”, contagiarla en todo tiempo y lugar, izarla sin temor a los vientos. Irradiarla sencilla y suavemente o quizá, como dice Eduardo Galeano: “ser ese fuego loco que llena el aire de chispas, que hace arder la vida con tantas ganas que no se puede mirar sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”
Juana de Lestonnac utilizó esta frase para comunicar su experiencia de la “noche del Cister”. Desde entonces, el horizonte de nuestra acción consiste en “Tender la mano”, ofrecerla en todo tiempo y circunstancia como una trinchera en la que se defiende la vida.
Estamos seguras de que hoy Juana de Lestonnac nos volvería a repetir: “Dejo en vuestras manos este trecho que os corresponde. Estrechadlas entre vosotras y entrelazadlas con otros y otras. Mirad juntas los desafíos que vuestro mundo presenta a nuestra misión educativa. Priorizad las respuestas y prestad todas las manos: mis manos, vuestras manos… ¡nuestras manos! tendidas como siempre para prolongar hasta nuestro hoy la humanidad de Dios”

Y resonó una palabra: FUTURO…horizonte que recrea la vida y confirma la alianza...
Futuro, tiempo para que acontezca la Palabra y suscite nuevos y más audaces compromisos.
Futuro, tiempo para vivir la autenticidad de lo cristiano, aunando fe-compromiso y testimonio explícito, desde el respeto mutuo que implica la convivencia con personas de concepciones diferentes.
Futuro, tiempo para ser una voz positiva, con lo que conlleva de crítica, de denuncia y de propuesta, desde una postura serena, a favor de los derechos humanos y de los pueblos, la justicia social, la no violencia, la ecología, el diálogo intercultural e interreligioso, la igualdad hombre- mujer…
Futuro, tiempo para vivir el discernimiento como elemento imprescindible, ante multitud de caminos y respuestas posibles, para poder ponderar opciones, tomar decisiones, asumirlas con coherencia y saber dar razón de ellas.
Futuro, tiempo para generar procesos educativos que contribuyan a la formación de “cabezas bien hechas”, capaces de hacer análisis de la realidad y de aportar soluciones coherentes con la opción del humanismo cristiano.
Futuro, tiempo para adentrarse en el mundo de los jóvenes, acogiendo sus valores y carencias, explicitando con lenguajes nuevos, entendibles y sugerentes, el mensaje de Jesús.
Futuro, tiempo para el encuentro, el diálogo, la búsqueda, el debate, la creatividad, el consenso…para tejer redes y crear nuevas formas de solidaridad universal
Futuro, tiempo para aprender a asumir conjuntamente las consecuencias de los errores, equivocaciones, fracasos… y los esfuerzos que supone el cambio, la constante adaptación a situaciones nuevas
Futuro, tiempo para abrazar el barro del que estamos hechas, entonar un canto agradecido al Dios de los pequeños y contagiar a otros la alegría de tener “Compañía”, de ser “María” para nuestro hoy.

No hay comentarios: